Los mayores

Salamanca es un caos, y un peligro, una gran ciudad en la que los más mayores se sienten mal. Sólo si tiene alguien pendiente de ellos las 24 horas del día, pueden sobrevivir en la gran selva de peligros en que se ha convertido esta ciudad de provincias.
Ruidos, tráfico, prisas, semáforos, sin parques, sin lugares tranquilos, barreras arquitectónicas, calores, … hacen que una mayoría de nuestros mayores vivan no sólo en barrios, sino que los más mayores viven en los barrios ‘más perdidos’. Los de menos recursos, más peligros, menos ruidos, menos tráfico, más vecindad,…
Sería muy conveniente que al igual que hace falta una buena red de bibliotecas de barrio se crease una buena red de residencias, se lo digo a los políticos de hoy y que serán los ‘viejos’ del mañana. Crear residencias adecuadas en los barrios, con zonas verdes cercanas que ocupar pacíficamente y en las que convivir con niños y niñas. Lugares tranquilos, espacios de encuentro. Pero hoy de eso, no hay. Los mayores están olvidados en nuestra ciudad, la ciudad se ha transformado justo en contra suya, también en contra de los minusválidos.
La propuesta es sencilla o usted se dedica a vivir en su casa y que sólo se le vea para hacer la compra, la mínima compra que muchas viudas realizan, o se va a unos cuántos kilómetros de Salamanca (allá lejos, como si fueran apestados o la vergüenza de la sociedad) a vivir en una residencia donde todo lo tendrá en un único edificio y su jardín, pero alejado de la ciudad, una ciudad que de estar en ella sería para no vivirla.

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