Parásitos tras los pasos
El asunto es claro, se trata de una manifestación religiosa, organizada y poseída desde instituciones dependientes de un credo: cofradías, parroquias, obispado, tertulias cofrades,… en la que se utiliza el patrimonio común de todos, que debemos al empeño y dedicación de nuestros antepasados, pero hoy en día no todo es fe o creencia.
Hoy en día no todos los católicos son practicantes, también existen los cristianos, y otras religiones, y también existe el laicismo, el cuál es la esencia de las instituciones públicas, sino, no serían “de todos”. Por cierto la calle no es sólo de unos, es de todos.
Por otra parte la manifestación religiosa que suponen las próximas procesiones no tiene los fines abstractos, representativos, sentimentales … que en su día predominaban en la población, aunque permanecen en los cofrades que participan. Hoy predomina el negocio, el negocio hostelero del aprovechamiento del patrimonio de todos y del trabajo desinteresado y las creencias de los cofrades. Esos empresarios son los beneficiarios económicos del buen estado de la imaginería salmantina, de las miles de horas de ensayo de los cornetas, … a ellos –a los hosteleros- es a los que las cofradías deberían mendigar pidiendo dinero para financiar sus necesidades y la restauración de los pasos. La actitud de los hosteleros es la del parásito que se aprovecha de la ciudad.
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