Estampa de la Muralla

El Ayuntamiento de Salamanca ya es dueño de las Casas de la Muralla, las ha comprado don Julián, con un dinero que no es suyo. Él tiene el derecho de hacer lo que le de la gana con el dinero de todos, pero no es digno usarlo como él lo usa. Es mucho dinero y sólo favorece a unos pocos.

Porque él ha querido se ha gastado, a lo mejor mil millones de pesetas, en todo el tinglado desde los desalojos a las nuevas viviendas y a la compra de las actuales. Ni que fueran tan feas, la del balcón acristalado es muy chula.

El derribo de las casas de la Muralla será el final para una historia de abusos de autoridad, para un drama social ocasionado a dueños e inquilinos, y también será el derribo de un modo de hacer urbanismo con viviendas entorno a una muralla (adosadas entre ellas pero no adosadas a la propia muralla), casas bajas y viejas en la más bella entrada a la ciudad de las existentes, tras la Puerta de Anibal.

Por lo tanto, es de suponer, que estamos viviendo los últimos días de esa agrupación de casas y serán, más de uno, los salmantinos que se acerquen hasta ahí para fotografiar lo que eran las conocidas como ‘Casas de la Muralla’ y que pronto, lamentablemente, serán pasado.

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