Blog Salamanca, diario de una ciudad

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sábado, septiembre 17, 2005

Muros

Hoy ha sido el día en el que don Julián ha paseado, bastante (sorprendentemente) abrigado, por una nueva acera, la que queda delante de las Madres Bernardas del Camino de las Aguas. Pero don Julián no hace algo bien, si previamente no hay motivo para hacer algo mal. Y esta vez ha hecho algo mal, inaugurarlo tarde. Hasta el día de hoy no se ha rematado la acera. Y todavía está por llegar el día en que se planten árboles. Por cierto, el muro retranqueado unos pocos metros, feísimo, de bloques huecos de hormigón a 2 colores.

Pero teniendo a la Iglesia de compañera de viaje don Julián siempre hace algún regalito, en especie claro, valora de más, cede más, y regala, expolia, entrega Salamanca a quienes le mantienen en el cargo. Como por ejemplo permitiendo el derribo de la última chimenea de ladrillo que queda en Salamanca, ahí, enfrente del convento de las Bernardas.

Otro muro de conversación es el del barrio de San José, enfrente del barco pirata del Tormes, al comienzo de la N-501, entre los puentes de Enrique Esteban y Príncipe de Asturias. Bueno, pues ese, el muro que desde hace más de un año está siendo revestido en piedra de Villamayor, lisa o imitando bloques deformes. Todo un lujo y un capricho. Pero si bien es cierto que lo de antes era feo, hormigón y las pintadas, ahora tenemos un gasto en piedra de Villamayor que son lujos, porque acabará siendo graffiteada igualmente.

Los casetos llegan a su fin, tras su marcha, las calles sucias, negras, grasientas, y un olor pestilente. Aún peor es el rastro -por la monumentalidad- que dejan las casetas de calles como Meléndez. Una gamberrada amparada y organizada desde las élites del poder hostelero y político de la ciudad y que no ocultan sus caras.

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