Por los niños

A ellos va dedicado este post de hoy. Ayer fue domingo de Domund, y la Iglesia, como siempre utilizó la imagen de los niños de que dispone, bien a través de catequesis, bien a través de colegios,… para dar la cara y que ellos fuesen con su hucha, por ahí, pidiendo. Les enseñan de pequeños a pedir y a poner cara de necesitados.

Es sorprendente el interés que mayoritariamente tienen los chiquillos por llenar la hucha, no se les pasa ni un viandante, ¿qué se esconde detrás de esa actitud?.

Todo esto sin que se conozca el destino exacto de los millones de monedas que se recaudan, mientras los curas cumplen con su único día de trabajo o el Vaticano mira con buenos ojos al Gregoriano y al latín.

Es noticia, en sucesos, que un conductor ebrio atropelló el sábado a un bebé de tres meses. Ocurrió a primera hora cuando la madre paseaba con el carrito de niño por Federico Anaya, el conductor dio positivo en el control de alcoholemia y fue puesto a disposición judicial por la Policía Nacional.

En esa misma noche, la del viernes al sábado, se detectaron más casos de alcoholemia en conductores, borrachos, en el casco urbano. En la plaza de España se negó a someterse al test y fue detenido por desobediencia a la autoridad. Hora y media después y pocos metros más allá un conductor, ebrio, se empotró contra un árbol, era el número 20 de la Avenida de Mirat. Finalmente, junto al río Tormes la policía detectó que otro conductor viajaba bebido.

Todo esto es muy triste. Gente que no sabe divertirse sino pierde el control de sí mismo, gente irresponsable que sin facultades se pone al volante con las consecuencias que puede tener para él y para los demás, en definitiva, hace falta revisar ciertas cosas que ocurren en nuestra sociedad: escasas formas para divertirse, irresponsables, el negocio de emborrar, etc, etc.

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