Medallones, obras mayores

Los nueve nuevos medallones, en ese afán por completar la Plaza y cerrar la Historia de don Julián, ya se están tallando, por lo menos los cinco primeros. Cuatro de ellos en la fachada norte (Carlos IV, Isabel II, Alfonso XII, Amadeo I de Saboya) y otro en Petrineros (Juan de Borbón). Posteriormente se irán labrando los restantes entre los que destacan las alegorías a las dos Repúblicas.

Según noticia de el Adelanto: “los escultores alaban los andamios”, y es que han sido diseñados específicamente para la ocasión cuentan con puerta, techumbre y corriente eléctrica. Según manifiestan los escultores “tienen capacidad suficiente”.

Los periodistas también han preguntado a los escultores por el juego de medallones, o caprichos, que Lanzarote prevé materializar y se han mostrado tajantes y unánimes rechazando el traslado de medallones de un pabellón a otro. Según señalan esas labores ocasionan deterioros notables y resquebrajamientos en los relieves. El origen de la polémica es el medallón dedicado a los actuales Reyes que figuran de frente, en vez de perfil, como marca la norma.

Y por último, la deuda de Lanzarote, un medallón para la Madre Bonifacia la cual es una gran desconocida, por lo que un medallón parece ser algo bastante exagerado a la vez que injustificado por su escasa trascendencia para la ciudad, se situaría en el pabellón de santos e ilustres. Algún día don Julián tendrá que explicar la dependencia que tiene para gobernar con sus socios, radicales, de la Iglesia, el gobierno de Lanzarote es un gobierno hipotecado a los caprichos de la Iglesia.

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