El velero

De momento, sólo de momento, se ha dado un paso, un pequeño paso para un Ayuntamiento y un gran paso para una ciudad. Deshacer el entuerto, redimirse de los pecados cometidos, de las meteduras de pata, de las deudas que atan a don Julián en el mando municipal… se trata de una concesión que hizo, claramente por amistad, para poder instalar un velero en el Tormes y romper las vistas de la ciudad.

Bueno, que el otro día se aprobó el pliego para la concesión a alguna empresa del encargo para que retiren el transatlántico del río. Y es que “lo poco agrada y lo mucho enfada”, aunque aquí enfada todo.

La broma sale por 120.000 euros que en principio serán pagados por el Ayuntamiento, y posteriormente, éste remitirá el gasto a los dueños de dicho crucero. Y ya veremos si al final no lo pagamos entre todos… al tiempo.

La operación a realizar es “desmontaje y retirada de la embarcación situada en la margen derecha del río Tormes (paseo Fluvial) y conocida como El Barco Ciudad de Salamanca”. Desde el 5 de marzo está abandonado, por ruina económica, y chamuscado por imbécil. Es un bote imbécil, que nunca debió anclarse en Salamanca.

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