Blog Salamanca, diario de una ciudad

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miércoles, abril 19, 2006

alcalde arboricida

Hoy se han cargado los hermosos árboles de la plaza de San Justo, han arrancado (sin respetar las raíces) la mitad de los plataneros, ante la indignación de todos los salmantinos que ven como su ciudad cada día es más mísera.

Para muestra, la carta que recibo de un muy indignado vecino:
SOS por una Plaza

No me refiero a la Plaza de los Bandos, no, aunque se hable poco y sólo a favor de un parking que nadie quiere. Me refiero a la plaza de San Justo, una de esas pequeñas joyas de antiquísimas losas de granito y árboles tan naturales como ellos solos, solos en una plaza que todos los salmantinos tenemos identificada por su imagen. Una plaza pequeña, de granito, de árboles frondosos y juntos, y el mercado como residuo cultural de la vida de antaño.
La plaza de San Justo, que para muchos jóvenes habrá que recordar que en ella se asentaba la iglesia dedicada a San Justo, como también tenía Salamanca una dedicada a san Adrián, a santa Eulalia, a san Mateo, a santo Tomé y a tantos otros santos de los que hoy sólo queda el hueco, la plaza.
Hace unos días conversaba con una turista, la pregunté que si le gustaba la ciudad, y me dijo que sí, que era muy bonita y todo eso, pero a renglón seguido me dijo que apenas tenía zonas verdes, árboles y lugares de estancia. Eso es más claro en la zona comercial e histórica de la ciudad pero también en los barrios. Salamanca no disfruta de las plantas, de los árboles, de la hierba.
El ciudadano no convive con los árboles, si quiere ver alguno debe irse al río, al parque de los Jesuitas o a la Aldehuela. Las plantas que ahora pone el Ayuntamiento son arbolitos sin porte que no dan sombra en una ciudad cada vez más inhóspita por tanto coche y tanto granito.
Señor alcalde por favor, recapacite, no diga que el proyecto que le ha llegado tiene unos huecos para poner árboles y resulta que de los ya existentes ninguno coincide en los huecos previstos. Mejore, dentro de lo que cabe, la plaza, pero mantenga esos árboles, ahora que son perfectos en edad y en conjunto. Y recuerde que cuantos más árboles tenga su ciudad más limpia, más fresca y más agradable será y eso el ciudadano lo nota y lo agradece.
Julián, multiplícate por cero.
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