La sequía me seca

Mientras el Ayuntamiento de Salamanca sigue repartiendo mal el agua por los árboles, unos se riegan cada dos días, otros nunca. Depende si son muy vistos o poco, están en el centro o en los barrios… Y es que, no llueve y si queremos no perder los árboles hay que regarlos y regarlos a ellos, es futuro. Lo anoto porque se esmeran en exceso con las petunias y gladiolos.

La sequía ya afecta al pantano de Santa Teresa donde desde algunas fechas ya puede contemplarse el antiguo puente sobre el Tormes y diversos restos medievales (ver Salvatierra). Esa es la cara anecdótica de la situación climática, la cara humana es la posibilidad seria de que varios municipios se queden sin agua este invierno.

Las dificultades para extraer agua del pantano provocan averías en las bombas del suministro de Guijuelo, pero también afecta a la acumulación de algas y “otros” (que una ciudad no tiene por qué ser experta en biología) lo que conlleva un tratamiento más “duro” en la potabilizadora del Aldehuela. Lo que se acaba notando en el sabor del agua.

No ha llovido, pero han condecorado a Conrad Kent como hijo adoptivo,

que también está muy bien. La verdad es que es un título muy apropiado, porque en este caso, una persona de fuera, siente tanto amor por mí como si fuera de aquí.

La nota triste del sábado la protagoniza José María Francia, que nos ha dejado a todos huérfanos de su sabiduría y experiencia. Médico, de izquierdas, concejal, ecologista, ex-director provincial de Sanidad, y sobre todo, siempre comprometido con los movimientos sociales de base. Descanse en paz.

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