Pasotas

Escuchar ayer lunes el Hoy por Hoy de Santiago Juanes en Radio Salamanca sonó, no sé como decirlo, pero sonó a ¿Salamanca existe?. De verdad, Salamanca va de mal en peor, aquí ocurren cosas raras y graves y nadie dice nada. Hace falta un poco más de nacionalismo, del bueno, del de verdad. En las siguientes líneas describo y comento.

Por una parte está el tema de Correos, que como todos los que dependen de los sindicatos, cuando no firma uno un convenio, lo firma otro, y al final el trabajador siempre perjudicado. Esta vez ocurre que se jubilan cuatro trabajadores y en vez de hacer contrataciones, esa carga de trabajo se lleva a Valladolid. El desempeño consistía en clasificar cartas para dirigirlas a su envío. Desde ayer lunes, las cartas que se recogen en Salamanca, aún teniendo como destino la propia Salamanca, se llevan a Valladolid donde allí se clasifican y se traen para ser repartidas.

El centralismo pucelano tiene su nota de tontería ya que las cartas vienen por Medina del Campo, Peñaranda, Alba y Salamanca. Por lo que una carta de Pizarrales a El Rollo puede llegar a los tres o cuatro días tras recorrer muchos kilómetros y exponerse a accidentes.

De otra parte, otro tema que ya se conocía, el de la lavandería del Virgen Vega. Que venía dando servicio al Clínico, al de Béjar, al de Ciudad Rodrigo, a Los Montalvos y al propio Virgen Vega y que posiblemente será privatizado por el Sacyl porque una empresa externa lo hará más barato. ¿Más barato y además tendrá beneficios? Eso será un servicio peor. Y si fuese más caro sería un mal negocio. Ya se oyen voces que apuntan a empresas de Valladolid como candidatas a llevarse la contrata.

Sí esto se va a Valladolid será el momento en el que muchos salmantinos comenzarán a enterarse de los “beneficios” que traen las autovías. De la de Valladolid todavía no se conoce que haya creado un solo puesto de trabajo en Salamanca. Y si encima ponen un AVE con Madrid, la colada se hará en la capital del Reino, o en Barcelona (para más inri).

Un nuevo caso es la denuncia que hacía una oyente sobre la custodia que de los historiales clínicos de los donantes de sangre (banco de sangre) se hace, pero resulta que se hace por parte de una empresa privada, de aquí de Salamanca ubicada por el barrio de San José o el Montalvo. ¿Ah sí?, ¿y yo sin saberlo? ¿Y el funcionamiento del Banco de Sangre? ¿Qué está centralizado en Valladolid? ¡¡Todo a Valladolid!!.

Y otro que también comienza, y ya salta a la palestra pública, es el de la empresa La Serrana que al parecer, cualquier día, cierra. Los trabajadores, según contaba otra oyente, llevan sin cobrar meses (diciembre y su paga extra, supongo); los autocares son viejos (ya no pueden dar el servicio de los colegios, y no podrán dar el de los trabajadores de Juzbado)… La Serrana es un servicio subvencionado y concedido desde la administración para comunicar los pueblos. De verdad, qué veremos, ¿cuántos puestos de trabajo se pueden perder con todos estos asuntos?.

Para cambiar de aires. ¿Se acuerda usted de Ana María, la gallega que fue detenida en Cancún? Pues ella representa la nueva línea de la Revista Interviú. (El otro día había una moza en el pueblo ese de Soria donde tocó la loteria… ¿?)

La última de Lanzarote, de su amor al arte, al patrimonio, a la historia, y sobre todo: una manifestación clara de su salmantinidad. Resulta, según se ha denunciado desde el Instituto de Iberoamerica, que los vítores pintados en el palacio de Abrantes (ahora sólo torreón) han sido limpiados, o lo que es lo mismo, borrados, eliminados. Se sabía del poco sentimentalismo que hay en las instituciones, también se sabía que el Museo de Arte Oriental no encajaba muy bien en Abrantes, pero pensar que encaja mejor sin los vítores, es pensar demasiado, y erróneamente.

Tras las campañas de lavado de cara de las contratas de servicios llega la de la deficitaria Fundación de Cultura. ¿Cuál será la siguiente?

Con tanto inmovilismo, por parte de todos, porque a unos, y a otros, les conviene, sería necesario que alguien dijera “esta boca es mía”. Por ejemplo las otras izquierdas, las otras derechas, los sindicatos, los periodistas y la ciudadanía. Este bipartidismo desmorona Salamanca.

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