Desde donde nunca pasa nada

“Hola, buenos días (casi tardes) soy la ciudad de Salamanca y les informo desde un lugar del planeta en el que nunca pasa nada”. Bromas aparte, la verdad es que pasan muchas cosas, muy gordas, pero aquí es como si nunca pasase nada.

Que viene el juececito de turno y da la razón a la Fundación Manuel Ramos Andrade en su reclamación al Ayuntamiento de Salamanca por las subvenciones no pagadas durante dos años según marca el acuerdo fundacional… y que el coste para el Ayuntamiento (la palabra no es coste, es simplemente una deuda contraída, un ahorro producido por un impago) es de 500.000 euros. ¿y qué? Nada. Esto como mucho recibe dos líneas, en la prensa local, y como el temita perdió morbo hace muchísimo tiempo tienen que bautizarlo como el enésimo punto final al conflicto abierto de forma unilateral, personalísima e incomprensible por don Julián Lanzarote Sastre. Y vendrá el juicio por los anónimos, y el juez le pondrá firma a los anónimos.

El concejal de Policía, de portavocía y de la mano dura, a la vez es patrono y presidente de la Fundación citada. Y como si no pasase nada dice que es una “buena noticia”, ¿a regañadientes? ¿con la boca chica?. ¡¡qué morro tienen algunos!!. No hace falta ir a la hemeroteca para ver lo que éste señor decía y defendía hace unos años. Es bastante reciente todo.

Topálov, tú ten cuidado.

Que el alcalde tiene miedo, que se le van los proyectos (de destrucción de la ciudad) de las manos, se pone nervioso, nerviosito, que le da algo, que se le cae el chiringuito, que se siente rodeado y canta. Pero no muy alto. Ha tenido que responder ante los medios de comunicación que sí, que el parking de Los Bandos, se hará, ya no sabe ni cuándo de tantas fechas que le han puesto, pero que se hará, que será de rotación, “como la Cámara diga” el Ayuntamiento de Salamanca se debe en cuerpo y alma a la Cámara de Comercio, más exactamente a los comerciantes del centro y más exactamente a los cuatro que no son franquicias. Éstas serían las únicas beneficiadas por el parking si es que el parking llegase a tener esos efectos (ya no de panes y peces, sino de dinero y dinero) milagrosos.

Congreso Internacional “Las Brigadas Internacionales, 70 años de memoria Histórica”. A celebrar en Salamanca los días 5, 6 y 7 de octubre en la facultad de Traducción y Documentación, super-hiper-mega-interesante. Seguro.

Calabazas, de momento, es lo que le ha dado del secretario del BIE al incomprendido alcalde de Salamanca, a mi alcalde, a ese jinete solitario. Ahora resulta que a última hora tiene un viaje a Asia, vaya, y encima lo comunica por correo electrónico, qué tío, sólo falta que te escriba en francés o inglés. ¿y qué esperaba? ¿que le fueran a atender por que sí? ¿cómo si no tuvieran otra cosa que hacer?. Pero bueno, por lo menos ya se saben las verdaderas razones de la visita de Julián a París. Una de ellas es saludar a los amiguetes que La Caixa le presentó en el 2002, y de los cuáles no se había vuelto a saber nada, los de Rodin. Aquellos para los que Salamanca era el no va más, la ciudad (gracias).

Y la otra es saludar a Bandarín, el medallitas de la consejera de Cultura, ese hombre que preside el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO y que tiene, el Comité, en jaque mate a Lanzarote por sus planes urbanísticos en la Ciudad Vieja de Salamanca. La amenaza de pérdida del Título cae sobre mí por culpa de un alcalde demasiado creído, pero que ahora reconoce y acepta que ha llegado demasiado lejos. Eso sí, irá más lejos y para mitigar los daños hechos y los previstos ofrecerá medallas, títulos, caramelos, bolis, pins, chapas, camisetas, y palabras, siempre buenas palabras. Ese es mi Julián, un hombre de palabra. Y Bandarín, si fuera como debiera tampoco le recibiría porque él no trata con alcaldes, sino con Estados.

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