En dos palabras

Fascismo y manipulación, de esas dos quiero hablar hoy. De “fascismo” porque la actitud de Lanzarote vetando la exposición pública de caricaturas alusivas a su terquedad no tiene otro nombre, leamos la definición que de “fascismo” hace la wikipedia:

El fascismo (del italiano fascio, haz, fasces, a su vez del latín fasces, pl. de fascis) es una ideología y un movimiento político totalitario o autoritario que surge en la Europa de entreguerras (1918-1939) en oposición a la democracia liberal y al comunismo, frente a los que se presenta como una tercera vía. Exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo. Utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder en el que se concentra todo el poder. Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda, y los desplaza contra un enemigo común real o imaginario, interior o exterior, que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de forma irracional, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población . Es expansionista y militarista, utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del siglo XIX.

Lo triste de Lanzarote, de Rodríguez, del jefe de policía, de los policías, y de los asesores de imagen y estrategas que tenga Lanzarote es que han conseguido, sin quererlo, la unidad de la izquierda de Salamanca como nunca hasta ahora en el asunto del parking de los Bandos. Las explicaciones del portavoz, y concejal de policía, son tan mediocres que dan pena y asco “lisa y llanamente tienen permiso para una mesa de recogida de firmas”, claro, solo para una mesa, una mesa sin personas, ¿y qué es una mesa? Hay muchos tipos de mesa. Si realmente han querido hacer cumplir algo que se venía incumpliendo, han hecho mal, lo han hecho en el peor momento, de la peor manera, y de forma partidaria y partidista.

¿A quién pidió permiso Lanzarote cuando colgó del balcón del Ayuntamiento una pancarta partidista, feísima y durante muchos, muchos meses? No está bien darse permisos a sí mismo.

La otra palabra es “manipulación”, que para los salmantinos es algo con lo que se nace, se crece, se reproduce y se muere, es inherente a esta tierra. Me refiero a la manipulación periodística. En este pasado fin de semana, el sábado, el ministro Jesús Caldera visitó Salamanca y anunció que próximamente un Consejo de Ministros aprobaría las líneas generales del futuro Museo de Arquitectura. Noticia recogida digamos que objetivamente por Tribuna de Salamanca, vale, correcto, ni más ni menos.

Pero en La Gaceta Regional, el lector se encuentra con que la noticia (la repetitiva noticia) es que el pp dice que se está demorando mucho el Museo de Arquitectura. Mientras que la visita de Caldera es tratada con otros temas de su competencia como inmigración.

El Museo, la parte fundamental, estará en Salamanca, dice Caldera. Mientras, el pp defiende que el Museo esté en Madrid, en Salamanca, en Barcelona y tenga 17 subsedes. (yo también sé).

Es curioso, no sé si se estudiará el Psicología, seguramente en Políticas, el hecho de que cuando se es oposición se asume el programa político del elegido en las urnas y con él se atiza a quien gobierna a que lo cumpla. Pero con el pp se va más allá, ya no sólo a pedir que se cumpla, sino que se asume y se hace propio. Algo realmente inédito, tan inédito, como hipócrita. Es una táctica de desgaste con la que se pierden las ideas propias, todo vale, y la sociedad pierde nuevas aportaciones. Más que de desgaste, es una táctica de discrepancia, porque no se puede estar de acuerdo en todo lo bueno del otro, y por no decir que es bueno, decimos que el otro, es el malo.

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